Un punto de vista inusual sobre el rock que narra la historia del los músicos que hablan a través de las artes visuales. La muestra será acompañada por un festival de cine y eventos musicales. El nombre más esperado, sin duda, el de Patti Smith que presenta los trabajos realizados con su polaroid.
Jͨrome Sans es el creador y ex director del Palais de Tokio de París, en realidad el museo nacional de arte contemporáneo en Francia. Es él quien ahora dirige su equivalente en Beijing, China. Tiene 50 años y en sus 30s armó el dúo elettro-rock Liquid Architecture junto a la cantante Audrey Fascina. Quizá sea por eso que hurgó entre prestigiosos rockeros para buscar a los que habían trazado un camino inverso al de él: del rock a las artes visuales. Es así como creó la muestra It’s not only rock and roll, baby, que puede verse en la Triennale di Bovisa, en Milán, hasta el 26 de septiembre.
La muestra primero pasó por Luxemburgo y allí llegaron veinte artistas, incluida Yoko Ono. A Milán llegan sólo doce, pero como dice Andy de la banda Bluevertigo, el único rocker italiano de la muestra, los trabajos de todos derriban el mito que expresa que si un artista visual se decide a tocar música es cool; en cambio si un rocker decide pintar se trata sólo de un hobby barato para el que seguramente no está dotado. Al menos, lo que se ve en esta exhibición desmiente esa creencia.
Muy difícil es poder ver en directo la muestra por eso hay un video colgado en YouTube, donde es el mismo Andy el que ofrece una gira informal por It’s not only rock and roll baby y vale la pena darse una vuelta: nada mejor que ver las obras para entender el poder de sus palabras de desmentida.
Las obras abarcan diversos soportes: esculturas, videos, fotografías y pinturas y también diversas poéticas, todas unidas según Sans por una amalgama perfecta ‘entre arte y rock’.
En la muestra cuyo título está basado en una famosa canción de Los Rolling Stones, se pueden apreciar una amplia serie (plantada sobre la pared como una guarda) de pequeñísimo retratos realizados a lápiz y sobre hojas de cuaderno “se ven claramente las marcas de la hoja arrancada de los espirales) por Alan Vega, líder de la banda neoyorkina Suicide. En un estilo similar, de intimidad y minimalismo, se encuentran las delicadas fotografías en blanco y negro de la inspiradora Patti Smith: una mano sostiene una flor, ella misma sentada en el piso pesando más allá de la cámara, en fin: todo un mundo íntimo y delicado desplegado sobre el espacio situado al lado del dedicado a Andy, donde los colores estallan. Andy, ilumina su sala con un azul flúo. Su obra consiste en retratos de estilo pop de los músicos que más admira y que lo marcaron como cantante: desde Madonna a Bjork hasta distintas versiones de David Bowie y Brian Enno, el más admirado de todos por el rocker italiano. Además de sus clips, vistos desde una tevé psicodélica, se planta en su sala su vieja moto Vespa, también pintada con la algarabía pop.
Son impresionantes las pequeñas pinturas de Paul Doherty, el inglés líder de Babyshambles, (más conocido por tomar cocaína, ir preso y por ser novio de Kate Moss) que por el valor de su arte tanto como músico como artista visual. No es sólo que sus obras estén pintadas con su propia sangre (un rito que podría parecer mercantilista y por sólo conocerle acarrear cierto impacto); es la obra en sí la que en su imprecisión transmite un hondo dolor, una extraña perplejidad que se cierra con ese vínculo inevitablemente físico con el que la firma: el líquido que nos da la vida. En ese universo poblado de rock, punk, ska y jazz, fluctúa una poética crepuscular, una mezcla entre Wiliam Blake, Baudelarie y Oscar Wilde, que se traduce en esas encendidas pinturas hechas con sangre que muchas veces incluyen breves textos del artista maldito.
Bianca Casady (del dúo CocoRosie, armado con su hermana Sierra) presenta dibujos, pinturas e instalaciones que nacen de sus recuerdos de la infancia, que provienen de su vida en una reserva indígena, ya que su madre era india.
Spooner, de Fischerspooner, tensa, según Sans, ‘el límite del arte y de la música, para dar a luz una pura e imperturbable diversión’ y presenta dibujos cargados de alegre virtuosismo.
Antony Hegarty, la voz hipnotizante de la banda Antony & the Jonhsons, exhibe sus trabajos realizados en colaboración con el fotógrafo y músico Don Felix Cervantes, diversos tipos de collages realizados con tejidos, dibujos e imágenes ensambladas con pedazos de papeles cocidos o rasgados.
En tanto Kyle Field, definido como un tipo electrizante, mezcla de artista, músico y surfer, muestra dibujos como si estuviesen plantados en la memoria y lo hace a través de la utilización de líneas de luces y la aplicación de colores pasteles.
The Killers, representante del nuevo pop inglés, enseña fotografías tomadas durante los tours que realiza. En ellas narra como un documento, la vida diaria tanto de él como de sus amigos y de la gente que va encontrando en el camino. A esto, suma fotografías tomadas por miembros de la banda, fotografías cargadas de una alta cuota de vitalidad y realismo. Todas polarois ubicadas al lado de televisores colocados sobre el piso, donde se puede ver clips de la banda, clips que se enmarcan en una gran mancha ‘kandinskeana’ y negra estampada sobre la pared.
Devendra Banhart, el pequeño rey del psico-rock, como lo llama Sans, representa la reencarnación genuina de los valores del hippismo: un poco chamán, un poco budista, firma acuarelas y trabajos sobre papel, obras íntimas en pequeño formato, manipuladas sobre hojas de libros viejos que elige ‘porque las páginas de los viejos libros son una elección estética, ellas ya tienen su propia historia, lo que me obliga a ser conciente y respetuoso con el material’.
Chicks de Speeds mezcla diseño y moda y los que más se destaca es una sandalia naranja y sonora, una objeto escultórico, finalmente, desde la que suena su música.
Alex Murria-Lesly y Messina Logan transitan entre el video, la fotografía y el collage. Herman Dune condensa en sus dibujos fragmentos e historias entre sus canciones y recuerdos propios.
La muestra cuenta con muchos bonus tracks, como corresponde al mundo del rock. Entre los más esperados, se encuentran los conciertos de los artistas que convoca. El próximo concierto será probablemente el más esperado. Se trata del que dará Patti Smith y es el que cerrará esta muestra arriesgada ideada por uno de los curadores más cotizados del mundo de las artes visuales contemporáneas. En la muestra se puede ver una larga entrevista a él donde explica la razones de esta apuesta y también un documental sobre el montaje de esta fiesta que es It’s not only rock and roll, baby. Y que no era todo, ya lo sabíamos.
