Con más de 550 diseñadores de más de 30 naciones, el Design Festival Internacional en Alemania se ha convertido en el mayor evento de diseño de productos y una de las plataformas internacionales más importantes para los creativos del diseño.
Desde el 9 hasta el 13 de junio, tendrá lugar la ciudad de Berlín, más concretamente en el inmenso e histórico aeropuerto de Tempelhof el Festival Internacional de Diseño (DMY), uno de los eventos anuales más esperados en el mundo que piensa en las nuevas tendencias y en cómo hacer la vida más amable a través de objetos bellos y prácticos.
La exhibición principal, que tendrá lugar en el aeropuerto berlinés, cubre sus 11 mil metros cuadrados con inspirados nuevos productos y prototipos experimentales realizados por diseñadores aclamados internacionalmente, por marcas conocidas y por talentos emergentes.
Los participantes fueron elegidos a través de un riguroso proceso de selección realizado por un jurado de admisión integrado por Jersey Seymour (Jerszy Seymour Design Workshop), Werner Aisslinger (Studio Aisslinger), Jurgen Bey (Studio Makkink& Bey), Hella Jongerius (Jongeriuslab) y Patrick Reymond (Atelier OI) quienes también serán responsables de elegir a los ganadores, las mejores piezas expuestas, durante el festival.
Ya muy lejos de pensar el diseño como un instrumento de decoración y muy cerca de pensarlo como un aliado para llevar adelante nuestra vida cotidiana, sus organizadores focalizan esta entrega a través de una pregunta, al menos, inquietante: ‘¿Son los nerds los nuevos diseñadores del futuro?’
La pregunta no apunta a incomodar o a provocar, tiene un sentido literal. Si tenemos en cuenta el movimiento arrasador que día a día llevan adelante las nuevas tecnologías; el diseño que comprenden los objetos que nos acompañan a diario, la pregunta parece dar en el blanco de un futuro que ya nos está atrapando. Los diseñadores digitales pueden dibujar materiales inteligentes, mejorar métodos de producción o encarar nuevos campos de aplicación para sus creaciones. Basta pensar en objetos básicos como GPSs, teléfonos móviles, computadores portátiles y escritorios inteligentes.
Buenos Aires estará presente en el DMY a través del Centro Metropolitano de Diseño (CMD) que eligió a un grupo de diseñadores de punta para representar a nuestro país. Todos ellos están en carrera para alzarse con alguno de los premios.
En 2005, Buenos Aires fue declarada por la UNESCO ‘Ciudad del diseño’ y es esta medalla la que le permite hoy participar en el importante Festival de Berlín. Está en el espíritu de la UNESCO acercar a las ciudades de diseño del mundo “Berlín también es una de ellas- para que puedan intercambiar sus producciones y nutrirse mutuamente de ellas.
La elección de Buenos Aires en su momento se debió a la excelencia que tienen los diseñadores porteños de reflejar la mezcla de identidades. Además la ciudad en sí misma se presenta como un escenario ideal para la diversidad y la creatividad donde el diseño encuentra su espacio para un desarrollo exclusivo e innovador de productos.
La exhibición que el CMD lleva a Berlín presenta diferentes disciplinas que atañen al diseño.
Los diseñadores porteños elegidos son Diseñaveral, Gabriela Horvat, No Brand, Azzularq, Planar, Remolino y Gruba.
Siete propuestas de las cuales elijo contar cuatro, las que más me interesaron por eso de la arbitrariedad del gusto.
Diseñaveral de Leandro Laurencena y Maximiliano Cifuni, ambos graduados en diseño industrial por la UBA, centra su visión en crear identidad a través de los materiales empleados para la realización de sus piezas. ‘Los materiales “afirman- son portadores de valor que pueden ser abordados desde el diseño para generar nuevos productos y valor agregado’. Entre sus creaciones se destacan la ‘canasta Malba’, una canasta de compras con forma de origami realizada a través de un único corte de polipropetileno que se conforma a través de operaciones de plegado simple. Tanto su línea de portadocumentos -también creada para el Malba- como el maletín para laptops son sus creaciones más aplaudidas.
Gabriela Horvart se dedica al diseño de joyas contemporáneas bajo la premisa: ‘cada pieza, un sentimiento, una sensación, un hecho, una sonrisa’. Cada joya, llamada por ella misma, objeto de deseo, ‘nace de jugar con las memorias y los productos, cada objeto es simplemente el recorte de un proceso que tiene sentido interrumpir y congelar para ponerse en relación con la mirada y el mundo’. Así puede apreciarse en sus tentadoras pulseras, aros, anillos y collares, todos realizados con materiales nobles y construidos en pequeñas series que los hacen todo lo exclusivo que quiera quien lo lleva puesto.
Remolino por su parte, a través de Delfina Venditti y Paco Savio, llevan a pedido del CMD un particular wallpaper llamado ‘8 personas’, cada uno de estos personajes estampados en el papel interactúan entre sí y parecen faunos, mitad animales mitad hombres y representan ocho situaciones que los creadores consideran bien porteñas, una ‘mezcla salvaje de urbanitas subdesarrollados, astronautas, gauchos, atrevidos, valientes, pioneros y altaneros’ dice Paco Savio. Cada una de estas ocho personas contiene un poco: de caos, orgullo, gambeta, euforia, prepotencia, grito apasionado, trampa y sudor.
Venditti afirma que sobre el wallpaper se proyectará en un sinfín un video que irá mostrando cada uno de estos porteños y mientras esto suceda la pared quedará blanca, borrando al resto para que el personaje presentado tenga el mayor protagonismo. Con este wallpaper cubrirán dos paredes del stand del CDM.
No brand, a su vez, es una empresa dirigida que se dedica a la realización de íconos, accesorios y papelería. Fueron los elegidos para diseñar el portal virtual de promoción de nuestro país. Sus productos están basados en la iconografía Argentina creada por Hernán Berdichevsky y Gustavo Stecher, factotum de la empresa. Son muy reconocibles sus mates y su mapa de íconos nacionales. Es una de las apuesta más originales que lleva el CDM a Berlín para representar la ciudad. Dicen de ellos mismos: ‘Tenemos un compromiso cultural y social por construir nuevas lógicas de comprensión desde nosotros, corriendo el límite a nuevos lugares de conocimiento’.
Y esta frase de los No brand define el espíritu de todos los diseñadores porteños que estarán presentes en el DMY. Cada uno de ellos corre un límite, atraviesa una frontera y busca construir objetos, íconos, miradas desde un lugar no transitado antes, con la seriedad de un trabajo de buceadores experimentados e inquietos, arriesgados en sus propuestas y objetos; cada uno de ellos indiscutiblemente porteños, de esos que alegran la vida de sólo tenerlos y nos hacen sentir un poco más exclusivos y acompañados por los guiños de nuestra ciudad que esconden en cada una de sus creaciones.
Publicado en Asterisco, de ElArgentino